lunes, 3 de marzo de 2008

El Mar


Sigue lloviendo en Santalu.
Hace días que llueve
Ahora llueve.
Hoy no podía distinguirse donde terminaba el mar y donde empezaba el cielo, en realidad parecía que el mar se perdía, como en una bruma difusa.
No había un límite, no estaba el horizonte. O estaba pero no se veía.
No pude ver cuando se ocultó el sol, que si estaba, pero no tenía donde esconderse.
Y todo eso produce un desconcierto, una desorientación.
Pero así y todo aún queda el mar, por suerte. Sin límites pero está, se ve. Lo veo, lo siento, lo escucho.
Como sería si lo perdiera?
No se. No puedo imaginarlo.

1 comentario:

Espatódea dijo...

Seu texto me trouxe lágrimas... pela beleza da paisagem, do sol que mesmo escondendo-se está presente, do poema que capta a tristeza, a beleza, a atmosfera, o coracao batendo descompasado ou sereno, mas no ritmo do sol!
Gosto do sol, do mar e do por-do-sol, por isso as lágrimas sempre se faz presente neste momento. Grande beijo! Cris